
Salvador Bartolomé Brau y Asencio nació el 11 de enero de 1842 en la ciudad de Cabo Rojo, Puerto Rico. Fue un destacado y prolífico escritor puertorriqueño. Poseía polifacéticas cualidades de poeta, periodista, historiador, dramaturgo, literato y político. Brau era hijo de Bartolomé Brau, un maestro catalán de origen alemán y de la criolla Luisa Antonia Asencio. Sus padres influyeron de manera decisiva en la formación de su hijo. Don Bartolomé dejó una huella de liberal militante en el espíritu de su vástago y su madre nutrió su imaginación con sus relatos, imprimiendo en su receptiva sensibilidad lo que había en ella de romántico. En 1865, contrae nupcias con Encarnación Zuzurregui y de esa unión nacerán cinco hijos.
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Salvador Bartolomé Brau y Asencio nació el 11 de enero de 1842 en la ciudad de Cabo Rojo, Puerto Rico. Fue un destacado y prolífico escritor puertorriqueño. Poseía polifacéticas cualidades de poeta, periodista, historiador, dramaturgo, literato y político. Brau era hijo de Bartolomé Brau, un maestro catalán de origen alemán y de la criolla Luisa Antonia Asencio. Sus padres influyeron de manera decisiva en la formación de su hijo. Don Bartolomé dejó una huella de liberal militante en el espíritu de su vástago y su madre nutrió su imaginación con sus relatos, imprimiendo en su receptiva sensibilidad lo que había en ella de romántico. En 1865, contrae nupcias con Encarnación Zuzurregui y de esa unión nacerán cinco hijos.
Infancia y Educación
Brau hizo su primera educación formal en una típica escuela primaria. En 1854, contando con doce años, se graduó de la Real Academia de Buenas Letras de Puerto Rico, con calificación sobresaliente en todas las asignaturas. Debido a que la situación de su familia era precaria, se vio obligado a ser dependiente y “auxiliar de escritorio” en una casa comercial. Pocos años después, su padre murió y Brau se convirtió en jefe de la familia de cinco hermanos, a quienes tenía que mantener con las escasas entradas de las que podía disponer. Sin embargo, su labor mercantil no impidió su desarrollo intelectual. Brau leía mucho durante sus horas de descanso, obteniendo así una educación autodidacta. Su educación fue obra de su propio esfuerzo y vocación. A partir de ese momento su anhelo de saber y su voluntad de superación intelectual fueron sus mejores mentores. Con su propio esfuerzo, adquirió singular maestría en el complicado arte de la contabilidad mercantil; aprendió francés y deleitándose con las obras maestras de la literatura castellana, quedó cautivado con los líricos del Siglo de Oro.
A sus dieciséis años, Brau mostró tener talento para las letras escribiendo versos y discursos. En 1861, viajó a España y asistió a la Universidad de Barcelona, donde obtuvo una licenciatura en Letras. Durante su estancia en España, se involucró con líderes autonomistas e ingresó a ese movimiento. Más adelante, completó sus estudios doctorales en Lenguas.
Creación Literaria y Periodística
Cumplidos los veinte años, sus ideales políticos estaban claramente definidos. Brau detestaba la esclavitud, por lo que se convirtió en un fervoroso propagandista de la abolición. Siendo un firme creyente de que la Corona Española debía otorgar más poderes a Puerto Rico, se unió al Partido Autonomista de Puerto Rico. Asimismo, expresó sus ideales políticos y creencias en la trama de sus novelas y obras teatrales. La obra de Brau fue de honda crítica constructiva, de firme revisión social. Así lo comprueban sus brillantes libros, ensayos y monografías sociológicas. Además, todos sus libros constituyen una importante aportación al estudio de la historia de Puerto Rico.
Desde muy temprano, inició su carrera periodística en la que tantas batallas habría de librar. Colaboró con notorio éxito en la prensa liberal y, como el más hábil y enérgico defensor de libertad humana, consagró su trabajo periodístico al servicio del derecho y de la justicia social. En 1864, cuando contaba con veintidós años, escribió un artículo, publicado en El Fomento, contra el sistema de libretas para jornaleros. Aunque Brau vivía en Cabo Rojo, también colaboraba en la prensa de San Juan, con preferencia en El Buscapié, escribiendo artículos y editoriales de carácter social.
El primer período de creación literaria de Brau abarca de 1870 a 1880. Durante esos años escribió la leyenda El fantasma del puente y su estudio dramático Héroe y mártir. Este último es un drama de aliento épico, se inspira en los trágicos episodios de los comuneros de Castilla y revela la sensibilidad histórica de Brau, su hispanismo de buena ley y su ideal de libertad. Las escenas del drama no solo revelan las bien templadas convicciones liberales de su autor sino un profundo conocimiento de las pasiones humanas.
Entusiasmado por el éxito obtenido en su primer drama, tan admirable por su lozana y castiza versificación como por el tema político que encierra, escribió De la superficie al fondo, comedia de costumbre locales, y La vuelta al hogar, drama que obtiene notable éxito, a pesar de no contener la épica entonación y la intensidad lírica de Héroe y mártir. De la superficie al fondo, celebra el advenimiento de la República Española, y La vuelta al hogar conmemora la abolición de la esclavitud. De ese primer período de creación son también sus poemas Gloria al trabajo, Redención y Nueva aurora. Por esos mismos años, Brau colaboraba en El eco de Cabo Rojo, siendo corresponsal activo de El buscapié, de Fernández Juncos, denunciando y combatiendo nepotismos y peculados en la administración municipal de su pueblo.
En el año 1880, Brau se trasladó a la ciudad de San Juan, en la vigorosa plenitud de todas sus facultades. Instalado en la capital, el periodismo fue la actividad que consumió con preferencia su vigor intelectual y su lúcido criterio. Como redactor de El Agente y de El Clamor del País, defendió los principios del liberalismo reformista y del autonomismo, movimientos políticos en lo que sucesivamente militó. Combatió con valor el despotismo militar, la persecución política, el asimilismo, y defendió a la vez los derechos de sus conciudadanos.
En esta segunda época de su vida, Brau también cultiva la poesía y el drama. Ejemplo de la primera es el poema Homenaje a Calderón de la Barca que el propio autor declamó el 23 de mayo de 1881 en el Ateneo Puertorriqueño en el acto de celebración del centenario del inmortal dramaturgo. Momento culminante de su vida literaria fue la representación en el Teatro de San Juan, el 20 de agosto de 1887, y en pleno apogeo de las brutales persecuciones del Gobernador Palacios, de su drama Los horrores del triunfo. Es una obra de carácter histórico, inspirada en el épico repudio por los sicilianos del poder francés.
Otros dos aspectos de su polifacética personalidad intelectual se manifiestan en este segundo período: los de sociólogo e historiador. Sus obras: Las clases jornaleras de Puerto Rico, La campesina, La herencia devota, y La danza, son la expresión de su rebeldía reformista frente a determinados males sociales y en particular los que gravitan sobre las clases desposeídas. Su ensayo de novela La pecadora es también de intención sociológica.
En 1889, Brau fue elegido Diputado Provincial por Mayagüez y en 1891 se le reelige como Secretario General del Partido Autonomista. En 1894, fue nombrado Comisario de la Diputación Provincial. Con el auxilio que le brindaron diversas agrupaciones e instituciones del país, Brau partió a mediados del 1894 para España a realizar, en el Archivo de Indias, trabajos de investigación histórica. Allí permaneció un año. De regreso logró que la Diputación Provincial lo nombrara, en 1896, cronista oficial; suceso que le permite proseguir sus investigaciones en Sevilla por un año más. Resultado de sus estudios en dicho centro son sus ensayos, Dos tratados de la colonización y Puerto Rico en Sevilla, ambos publicados en 1896.
Después de 1898, año en que se establece la presencia norteamericana en Puerto Rico, Brau se desligó totalmente de la política. Se dedicó íntegramente a la labor histórica legando obras de valor incalculable. Son ellas Historia de Puerto Rico, síntesis de cuatro siglos de la historia puertorriqueña y su obra de más envergadura, La colonización de Puerto Rico. Esta obra es un estudio definitivo e imprescindible para quien quiera conocer en su complejidad la diversidad de factores y circunstancias vinculadas al primer medio siglo de la historia de Puerto Rico. A pesar de que las investigaciones posteriores justifican la rectificación de hechos y de ciertas apreciaciones, queda en pie el mérito intrínseco de esta obra, que con justicia ha de considerarse un clásico de la historia puertorriqueña y de la hispanoamericana. Además de estas obras, Brau publicó otros cortos ensayos en la prensa del país, dos de los cuales merecen especial mención: El abolengo separatista en Puerto Rico y Miranda en Puerto Rico. En 1903, fue nombrado Historiador Oficial de Puerto Rico por los Estados Unidos, cargo que desempeñó hasta su muerte.
Fallecimiento
Salvador Brau murió en San Juan el 5 de noviembre de 1912. Sus restos descansan en el cementerio Santa María Magdalena de Pazzis del Viejo San Juan, Puerto Rico. Brau fue uno de los pocos puertorriqueños en ser honrado por la Comisión Marítima de los Estados Unidos cuando se nombró a un Liberty Ship de la Segunda Guerra Mundial, el Salvador Brau SS, USMC casco Número 1543. El buque fue construido en 1944.
Información adicional:
https://enciclopediapr.org/
https://centropr.hunter.cuny.edu/
Palabras clave:
Próceres del Caribe, Salvador Brau